¿Cuándo se está demasiado cerca de la ficción? Es una pregunta que Eleri Harris debe responder a menudo como editora al frente de The Nib, un medio que se ha posicionado como referencia en el ámbito del periodismo de cómics. Desde Melbourne, se dispone para hacerlo una vez más. Esta vez dirigiéndose al auditorio virtual que componen las becarias de Latinográficas y los asistentes de distintas partes del continente.
Cuando se trabaja el periodismo de forma ilustrada los límites con la ficción pueden parecer difusos, pero para Harris, están bien delimitados: «Se está muy cerca cuando se representa una secuencia como si hubiera sucedido así, cuando en realidad no lo fue. Hay que ser muy claro en distinguir una secuencia imaginada de lo que pudiste ver con tus propios ojos o en una fotografía». Como respuesta, la caricaturista y periodista australiana propone «foto-referenciar todo y considerar siempre el copyright de las fotos. Usar entrevistas, investigación y asegurarse de que se pueda hacer fact-checking de las historias».
Por otra parte, aclara que preciso no significa literal a la hora de ilustrar. «Algunas de las mejores piezas de periodismo de cómics son verdaderamente creativas en su uso de la imaginería». Cita como ejemplo la licencia creativa que se permite «cuando el dibujo se utiliza para transmitir emociones, datos o un concepto». Es por eso que sostiene que «para sobresalir en esta profesión hay que saber identificar dónde hay una historia y contarla de forma breve».
De allí que define el periodismo de cómics como una práctica donde «se aborda el cómic como una pieza de periodismo, en la que se investiga para escribir los guiones y se usan como referencias las citas que se obtienen de entrevistas. Los cómics se extraen más frecuentemente de la vida o de una referencia fotográfica, con ilustraciones creativas que son utilizadas para representar data, emociones y conceptos complejos».
Asegura que para hacer periodismo de cómics no hay reglas. Sin embargo, aclara que en The Nib sí tienen algunas que guían su labor. Estas son: 1. El texto debe basarse 100% en hechos a menos que claramente sea una opinión. 2. Las imágenes deben respetar el copyright. «Este es un tema importante en EE.UU. porque allí no puedes dibujar sobre una fotografía que tomó otra persona pues se considera una infracción del copyright». 3. La información presentada de forma creativa triunfa sobre el realismo. 4. Las citas deben ser reales a menos que claramente sea una broma. «Es muy importante que, en tu propio estilo, dejes bien en claro cuándo es una broma y cuándo una cita».
El humor como antídoto
«Cuando te surge una idea, necesitas preguntarte: ¿Por qué debería ser un cómic? ¿De qué forma esta historia se beneficiaría de ser contada a través de un cómic? No todas las historias o noticias se benefician de esto. Pero algunas verdaderamente lo hacen. La cuestión principal es pensar en lo visual».
Tras esta introducción, Jazmín Acuña abre paso a la segunda parte del evento, que consiste en una entrevista interactiva donde los asistentes también participan con sus propias preguntas. Empieza Astrid Arellano, becaria de Latinográficas desde Hermosillo, México, quien consulta sobre cómo retratar familias que tienen integrantes desaparecidos y que están luchando para recuperarlos. Harris responde que ciertamente, es un tema delicado que demanda a los reporteros gráficos, trabajar «muy duro» para conseguir un balance entre «proteger la identidad de las víctimas» y «asegurar que la imagen sea lo más realista posible para ilustrarlas como son».
La siguiente pregunta es acerca del proceso creativo de Harris para dibujar figuras políticas controversiales, y está formulada por la diseñadora Carolina Morón desde Cochabamba, Bolivia. La editora de The Nib no cree que se trate de buscar una fórmula, sino de trabajar con una variedad de estilos y elegir uno según el contexto del proyecto: «No creo que ilustrar figuras políticas controversiales sea diferente de ilustrar cualquier otra figura política. Quieres que el lector entienda de quién estás hablando (…). En el periodismo de cómics no buscamos crear personajes ni burlarnos de ellos. Buscamos explicar las historias alrededor de lo que hacen».
Desde Bragança Paulista, Brasil, la ilustradora Priscila de Paula Dias consulta sobre la inmediatez como criterio. A lo que Harris responde sosteniendo que «debe haber una razón para hacer una historia particular en un momento particular. No puedes sacar el ciclo de las noticias del modo en que operas». Es por eso que cuando se habla de reportaje gráfico para la web, la crónica debe publicarse en cuestión de días o, como tiempo máximo, semanas para garantizar su frescura. En cambio, con las crónicas de largo aliento y otras piezas que se incluyen en la revista impresa, se tarda unos meses, por lo que la importancia de una historia tiene también que ver con su relevancia a través del tiempo.
«Los cómics tienen una capacidad sorprendente de crear una conexión emocional con la gente», enfatiza Harris siguiendo la pregunta de Laura Rodas sobre los puntos a favor y en contra del cómic frente a otros formatos. Es por eso que mucho del trabajo que hacen en The Nib tienen que ver con «cuestiones de justicia social y con temas con los que consideramos que la gente debería comprometerse». Sin embargo, esa posibilidad de insertar al lector dentro de la historia requiere de mucho trabajo y una buena estructura de base. «Hay que asegurarse de contarle a la audiencia de qué va la historia y por qué debería importarle en los tres primeros cuadros. Todos tenemos videos de gatos que podríamos estar viendo como alternativa».
El evento culmina con una pregunta de Faustina Bartaburu, diseñadora en El País Uruguay, y es acerca del rol del humor. ¿Siempre hay lugar para él o existe un límite? Harris considera que es «parte fundamental de la existencia humana». «Los seres humanos buscan el humor para darle sentido al horror». Pero al momento de incluirlo, hay que pensar en relación a la pieza que se está produciendo y cuál es su tono, para definir «dónde deberían estar esos momentos, o incluso si debería haber humor alguno». «Yo incluyo humor en todo lo que hago , porque creo que es una forma en la que la gente conecta con las cosas (…). Para mí siempre hay forma de incluir el humor porque esencialmente somos humoristas».
Periodismo de cómics: Una breve historia
Los antecedentes de usar la investigación y el reporteo para crear cómics se hallan en el trabajo de Joe Sacco, a quien se acredita como el inventor del periodismo de cómics. En 1993, Fantagraphics publicó su primer libro Palestina: Una nación ocupada, y desde entonces, ha publicado otros trece en este mismo género. «El trabajo de Sacco se enfoca en historias de guerra en las zonas de conflicto, en temas del medioambiente y de luchas de clase», explica Harris.
El artista nacido en Malta convirtió en su sello distintivo el dibujarse a sí mismo en todas sus historias, entrevistando y reporteando. Esta narrativa en primera persona es una forma de contar que la editora de The Nib defiende porque permite «romper con la trampa del sesgo en la que caemos comúnmente dentro del periodismo».
Además del aporte de Sacco, a mediados del 2000 sucedieron tres hechos fundamentales para consolidar el género: 1. Los medios empezaron a funcionar principalmente online.«En consecuencia, irrumpe el uso del color. Lo que anteriormente no era común por el costo que implicaba para medios impresos». 2. Hubo un furor de la novela gráfica en los Estados Unidos. «Entonces, las editoriales empezaron a aceptar cómics de la extensión de un libro, lo que no era habitual hasta entonces, como sí lo era en Francia y otros países de Europa». 3. Surgió la web 2.0, lo que ocasionó la aparición de medios digitales interactivos.
«Esto tuvo un impacto en el desarrollo del periodismo de cómics contemporáneo», explica Harris. Fue así que en la última década, aparecieron muchos medios digitales nuevos publicando piezas de cómic periodístico (como The Nib, Cartoon Movement y Drawing The Times). Pero también los medios tradicionales empezaron a incluirlo, como es el caso de la BBC, The Guardian, PRI, Voice of America y Al Jazeera.
Aclara que el periodismo de cómics digital goza de características propias. Entre ellas, es más corto en extensión que los libros de cómics y más parecido a los artículos de noticias. Tiene mayor inmediatez; ya que estos cómics pueden ser publicados en cuestión de horas -o en un par de meses en el caso de los reportajes de largo aliento- antes que los años requeridos para un libro. Además, las plataformas digitales permiten el uso del sonido, de gif animados y de links a las fuentes.
Pero quizás la característica más importante es que la variedad de plataformas y sitios de “autopublicación” que surgen con la web 2.0 posibilitan una mayor diversidad de voces y estilos: «Los medios tradicionales tienen reglas más estrictas sobre quiénes van a ser invitados a sumarse, mientras que publicaciones de menor tamaño son más flexibles y están más dispuestas a tomar riesgos con personas que quizás no tienen una enorme cantidad de trabajos publicados. O sea, predominantemente mujeres y personas de color».
Actualmente, se puede encontrar una gran variedad de estilos de cómics de no-ficción online. Está el reportaje gráfico, que consiste «en ir al lugar y reportar desde allí; requiere una producción rápida». También la no-ficción de formato largo y explicativo, como los cómics científicos que explican qué es Covid-19 o cómo funcionan las vacunas. Destaca el periodismo científico como una de sus formas preferidas, ya que permite mayor flexibilidad en términos de creatividad: «No hay límites entre la narrativa, las citas y las explicaciones conceptuales y esto se puede traducir en diferentes capas de significado».
A lo mencionado anteriormente, se suman los cómics históricos, la memoria personal o el cómic autobiográfico, que son ensayos donde se combina lo personal con lo temático. «Usualmente, empieza con una persona que describe su experiencia y después eso se amplía para situar un contexto político y social más complejo». Finalmente, menciona el cómic de estadísticas como una forma colorida de traducir datos difíciles.
The Nib y su apuesta editorial
The Nib es una revista con sede en Estados Unidos que publica diariamente en su plataforma digital y trimestralmente en formato impreso. «Hacemos periodismo, ensayo, memoria y sátira sobre lo que pasa en el mundo, siempre en formato de cómics, el cual creemos que es el mejor medio», resalta Harris, quien es editora desde el 2014. Subraya que en estos siete años de trabajo han logrado publicar más de cuatro mil cómics y depositado más de un millón y medio de dólares en las manos de caricaturistas.
En la búsqueda de un modelo de negocios adecuado, han pasado por tres etapas. Desde ser un medio exclusivamente digital a hacer periodismo sin fines de lucro hasta apostar por un programa de membresías desde el 2019. «Creemos en el impreso… En septiembre de 2018 lanzamos The Nib Magazine y esta revista se volvió la piedra angular de nuestro modelo en base a suscripciones». Hasta la fecha han lanzado diez ediciones temáticas; además de tres antologías.