Para la segunda edición de Latinográficas, el programa regional de El Surti para impulsar el periodismo visual, desde el equipo coordinador nos propusimos superar la propuesta de producir piezas ilustradas para redes sociales y apostar a la producción de un especial periodístico regional original. Desde la primera reunión con Eliezer Budasoff, editor de productos especiales de El País América, percibimos que teníamos enfrente un hermoso problema.
¿Qué contar sobre la pandemia que no se haya dicho todavía? ¿Se animarán diseñadores e ilustradores a hacer el trabajo de reportería? ¿Dónde buscar las historias? ¿Cómo organizar a un equipo tan diverso en habilidades y geografías en medio de la pandemia? Nos quedó claro que el equipo debía expandir sus talentos sin perder la premisa de Latinográficas: comunicar con rigor y belleza.
Ocupación territorial
El grupo de becarios está compuesto por diseñadoras, ilustradores y periodistas de nueve países de América Latina. Solo con esas personas reunidas, resolvimos una parte de la dificultad de producir reportajes regionales: las corresponsales ya eran parte de un equipo. Es más, ya era un equipo que –durante el proceso de formación de Latinográficas– fue construyendo cohesión y confianza mutua, valores claves para el trabajo colaborativo.
El siguiente desafío fue definir un tema que permita contar un abanico de experiencias en realidades disímiles, pero que mantenga un foco periodístico. Luego de un par de reuniones con Budasoff donde nos preguntamos qué genera curiosidad sobre el futuro de la región luego de esta crisis sanitaria, definimos trasladar la pregunta a los protagonistas de la pandemia: profesionales de la salud y personas que están formándose para cuidar la salud en el futuro.
Becarias y becarios salieron a buscar historias posibles y las trajeron a la reunión semanal del programa. Compartieron los perfiles que encontraron, como en un fogón latinoamericano, para elegir entre todos qué entrevistas darían respuestas representativas a las preguntas de partida: ¿cómo será el futuro de la medicina? ¿cómo ven el futuro quienes serán cuidadores?
Algunos criterios para elegir fueron el equilibrio de género y la variedad de edades y áreas de trabajo de los perfiles. Y una condición: las historias debían ser capaces de conmovernos para tener la chance de conmover a la audiencia.
Atreverse a salir del molde: diseñadoras e ilustradores pueden hacer reporteo
Si hay algo que define al programa Latinográficas es el trabajo colaborativo e interdisciplinario. Diseñadoras, ilustradores y periodistas trabajan en conjunto desde la elección de temas hasta la edición final y la opinión de cada persona cuenta, sin importar su oficio. Pero en esta edición fuimos un paso más: le pedimos a ilustradoras y diseñadores que hagan entrevistas, un trabajo típicamente periodístico. Nos pareció un despropósito no aprovechar la presencia en terreno de cada uno de los becarios y confiamos en la capacidad de cada uno de encontrar buenas historias, agudizando la empatía y curiosidad, como nos sugirió Budasoff. Y como todo en el programa, se decidió enfrentar el desafío con método.
Primero la editora Jazmín Acuña elaboró una guía para las entrevistas con preguntas comunes, para que todas las becarias puedan tener respuestas a temas comunes desde diversas experiencias. Luego le dedicamos unos buenos minutos a discutir los miedos e inseguridades que, lógicamente, tenían personas que enfrentaban una tarea por primera vez. Esto sacó a la luz la genuina solidaridad de las periodistas del equipo respondiendo dudas, dando consejos y compartiendo herramientas con sus compañeras y compañeros. Por último, la claridad: se elaboró un documento de guía de todo el proceso, con el detalle de quién entrevistaba, quién ilustraba y quién redactaba cada perfil. Con un cronograma y responsables claros, se encaminó la producción.
El compromiso y la comunicación, elementos claves para una colaboración exitosa
El especial tiene once perfiles de nueve países, cada uno con su ilustración correspondiente. Cada becaria desgrabó su entrevista y la compartió para que las tres periodistas hicieran un resumen de cada perfil de aproximadamente 600 palabras. Para resumir con precisión, hubo un intercambio permanente dentro del equipo, donde se despejaban dudas o se consultaba por detalles y contexto. Luego se compilaron los resúmenes en un solo documento para la edición de Budasoff por parte de El País. Es decir, cada perfil fue elaborado por una persona, resumido por otra y editado por otra, así se trabajaron los textos de manera colaborativa y arrojaron aprendizajes para todos.
Pero, ¿cómo se ilustra un solo especial a seis manos? ¿Cómo se mantiene la unidad visual con tres personas ilustrando? La respuesta fue el trabajo colectivo. Cada diseñadora debía ayudar a quienes ilustraban aportando referencias visuales y posibles composiciones. Además, para dar rigor a la ilustración, quienes hicieron reporteo compilaron fotos de los entrevistados, de sus lugares de trabajo y del paisaje que los rodea. Las ilustradoras buscaron referencias de estilos de dibujo y paletas de colores. Con todo ese material a mano, se le dedicó tiempo de conversación grupal, algo no menor: si se pretende producir algo que se vea cohesionado y que perdure en el tiempo, es necesario dedicarle horas a la exploración y tomar colectivamente las decisiones. Si bien cada ilustrador trabajó en solitario, es el espacio colectivo lo que permitió mantener la unidad del trabajo visual.
Desde el equipo de Latinográficas valoramos profundamente el compromiso, el profesionalismo y la solidaridad del equipo de becarias y becarios que trabajó para este especial. Sin su capacidad de compartir miradas, escuchar propuestas y colaborar mutuamente, el programa no sería posible, ni tendría resultados a la altura de nuestros anhelos.
Latinográficas es un programa incubado en el marco del programa de aceleración de medios Velocidad, con el apoyo del Google News Initiative, el Programa para el Periodismo Independiente, RocketChat y Planea Música.