Oscar Wilde dijo que los libros solo pueden clasificarse en dos categorías: buenos y malos. Eliezer Budasoff hace suya esta expresión para reflexionar sobre lo que significa para él contar historias a través del texto: «Durante mucho tiempo hice periodismo narrativo. Hoy no me gusta tanto esa definición. Lo que hay es buen periodismo y mal periodismo».
Diez años atrás, Budasoff ganó el premio Nuevas Plumas por escribir la crónica de un periodista fabulador y, desde entonces, viene haciendo un largo camino contando y editando historias. Antes de El País, fue editor en The New York Times en Español y la revista emblemática de periodismo narrativo Etiqueta Negra. «Me gusta el trabajo colectivo», menciona refiriéndose a su mirada sobre la profesión.
«Esto va a ser una mezcla de cápsulas de una experiencia destilada, sobre algunas de las pocas cosas que he podido aprender a lo largo de mi carrera», comienza el editor de proyectos especiales en El País Américas para dar apertura a su clínica en Latinográficas. A continuación, recogemos diez lecciones que brindó Budasoff sobre el arte de conmover a la audiencia a través de historias.
1. Antes de conmover a los demás, tenemos que encontrar lo que nos conmueve a nosotros
El punto de partida, para Budasoff, es tener en cuenta que «lo más importante para conmover con historias es no dejar afuera nuestra propia sensibilidad como lectores u observadores». Esto no es menor porque implica no solamente el desarrollo de una sensibilidad, sino el aprender a ser conscientes de ella. «Crear ya sea un diseño, un dibujo o un texto proponiendo algo que nos gustaría ver o leer a nosotros mismos, es una ambición demasiado grande».
Sirve, además, para evitar un gran pecado del periodismo que es subestimar al lector: «Algo que pasa hoy en día, principalmente con el periodismo masivo, con el clickbait». «Cuando trabajo con autores con los que tengo confianza y me toca editar un texto suyo, a menudo me toca preguntar: ¿Vos te creés esto? Porque cualquier cosa que para ustedes no cierre, para el lector tampoco lo hará».
2. La importancia de un tema no basta para atraer a los lectores
A partir del principio de «yo soy el público de esto», la respuesta a la pregunta de cómo conmover con historias, pasa por responder a tres preguntas elementales: ¿Qué contar? ¿Por qué contar? Y ¿cómo contarlo? Como explica Budasoff, las primeras dos preguntas suelen estar muy relacionadas; por lo que muchas veces uno responde al qué contar con el por qué contarlo.
«Una discusión central que solía tener cuando era editor de Etiqueta Negra era con la gente que trabaja en temas que son importantes y relevantes para la sociedad, porque suelen pensar que basta la importancia del tema para que sea importante para los lectores. Ante la pregunta de ¿por qué yo, lector, que vivo en un país que tiene sus propios problemas de violencia, leería una historia sobre violencia de otra parte del mundo? Porque “es importante” no es una respuesta».
Pero lo es que «determinadas historias nos sirven a todos para comprender el universo que nos rodea». Sin embargo, aclara que esta es una misión que requiere doble trabajo, porque el significado no está «espontáneamente» en el contenido anecdótico de una historia. «Cubrir una historia de violencia que te ayude a entenderla y que, a través de ese caso específico, puedas iluminar algo que te permita entender la violencia en otros lugares. Ese es el verdadero desafío: convertir una historia particular en una historia universal».
3. Lo cotidiano puede ser maravilloso
«Conmoverse no significa solo llegar hasta las lágrimas, sino cuando alguien te propone algo que te hace querer conocer más». En la discusión entre lo importante y lo anecdótico que atraviesa al periodismo, Budasoff defiende el valor de responder a una pregunta sobre el mundo que nos rodea. «Un chico que recién estaba terminando la universidad fue al cine con una amiga y, en un momento, se preguntó quién era la voz de la alerta sísmica que todos escuchamos en Ciudad de Méxicoۛ».
Investigar la historia detrás de esa voz fue la propuesta que llevó al periodista Daniel Melchor a publicar su primera pieza para The New York Times en Español en el 2018, cuando Budasoff era editor del medio. «Si este chico hubiera venido a ofrecer una historia del narco, que producimos y publicamos un montón, muy probablemente no se hubiera publicado en el New York Times. Él partió de una pregunta que tenía que ver con la vida cotidiana pero fijándose en un detalle que afectaba a un montón de personas, y eso me conmovió».
En su investigación, que tomó como 8 meses, Melchor encontró que el locutor de las alertas era una de las grandes voces del doblaje al español, habiendo interpretado desde Superman a Han Solo. «De repente, estabas leyendo sobre una voz que 20 millones de personas habían escuchado pero que nadie sabía quién era. Pero además la crónica permitía contar cómo se desarrolla el sistema de alerta de sismos de México, que es uno de los más afilados del mundo».
4. Robarse la atención en el bar: la lección de Susan Orlean
Alguien que se ha dedicado a explorar la pregunta de qué contar es Susan Orlean. La escritora del New Yorker y autora de El ladrón de orquídeas argumenta que una persona tiene una historia entre las manos cuando consigue capturar la atención de un grupo de desconocidos en un bar. Tomando este ejercicio como ejemplo, Budasoff enfatiza que «en contar una historia que logre cautivar es donde está el secreto para conmover, en vez de simplemente estar reproduciendo algo».
Para el periodista y editor, identificar ese tipo de historias ha sido un motor de su trabajo. Prueba de ello es la pieza que lo catapultó a los medios más importantes de habla hispana y le significó el premio Nuevas Plumas: la crónica sobre Nahuel Maciel, el principal fabulador del periodismo argentino. La fantástica leyenda del periodista que había publicado entrevistas inventadas a Gabriel García Marquez y Mario Vargas Llosa llegó a sus oídos cuando trabajaba en un medio de su Paraná natal. «Asombrado, preguntaba a mis colegas si alguien escribió sobre él, y me respondían que sí, por un artículo de años atrás. Pero para mí, esa historia no estaba contada». Así que se propuso investigar y, más allá de lo anecdótico, pudo hablar sobre la estructura del mundo de la prensa que permitió a un fabulador emerger, pero también explorar un tema casi antropológico: el deseo de ser otro.
5. No se trata de escribir bonito, sino de buscar detalles
«Yo espero que ustedes sepan cómo toman el café sus parejas». Conocer cómo come o cómo bebe una persona, nos genera un tipo de sensibilidad hacia ese personaje que no generan otras cosas. Se relaciona con la intimidad, pero también con lo que Budasoff describe como una cuestión clave en la búsqueda de conmover: «Nunca tiene que ver con escribir bonito ni con la grandilocuencia. Siempre tiene que ver con la información que uno tiene y con los detalles que encuentra».
La autobiografía del tenista Andre Agassi, que el periodista y escritor ganador del Pullitzer J.R. Moehringer recoge en el libro Open es una prueba maestra de la atención al detalle que logra conmover. Para Budasoff, quien está lejos de considerarse un aficionado del tenis, la respuesta de cómo terminó fascinado con la historia está en los detalles. «Hay un momento cuando Agassi se encuentra con quien sería su entrenador. Agassi tenía mucho frío y el entrenador, mucho calor. Entonces, mientras conversan en el auto, el primero empieza a bajar la ventanilla a pesar de congelarse; mientras el otro enciende la calefacción a pesar de que estaba sudando… A través de una escena que es un párrafo, el autor muestra cómo se hace evidente que respetás a alguien sin decírselo. Eso me parece maravilloso».
6. Contar las historias como si tuviéramos a la otra persona en frente
«Antes de preocuparnos de la muerte, tenemos que interesarnos por la vida de una persona». La siguiente lección de Budasoff, tiene que ver con cómo contar la muerte. También con el hecho de que espontáneamente, «somos mejores narradores orales que por escrito». Esto ocurre porque la narrativa oral se construye en presencia de la persona del otro lado, lo que nos permite notar si bosteza o si está mirando su teléfono. Ante la menor señal de que perdemos su atención, organizamos nuestro relato «no en base a lo que creemos que es importante, sino en base a lo que suponemos que va a interesar, que es algo que deberíamos traducir también a lo escrito».
Para contar el asesinato del dirigente asháninka y activista ambiental Edwin Chota en Etiqueta Verde, Budasoff tuvo numerosas conversaciones con el reportero a cargo del artículo, Joseph Zárate. El desafío estaba en encontrar el comienzo adecuado para una historia importante pero difícil. Fue así, hablando, que se enteró de que a Edwin Chota le faltaba un diente delantero. Con este dato, encontraron el inicio que la crónica demandaba: «Ese diente que permitió identificar el cuerpo nos brinda además un montón de información sobre él en vida que genera empatía… Pero también nos hace entender que los traficantes de madera –que lo asesinaron– pudieron reconocerlo por esa misma seña».
7. La importancia de las pequeñas historias para contar historias más grandes
En agosto del año pasado, México había alcanzado 50.000 muertes por coronavirus. Como respuesta ante números tan grandes y terribles que no dicen nada sobre las personas detrás de ellos, desde El País América decidieron producir el especial Nueve vidas mexicanas.
El criterio editorial para seleccionar estas historias no respondía a que fueran personajes sobresalientes, sino a que se encontraran detalles que permitieran conectar con ellas. «Los títulos tienen que ver en la mayoría de los casos con algún detalle que sea singular; por ejemplo, la segunda crónica es de un jardinero que cada vez que podaba un jardín, se ponía a escuchar baladas en el celular (…). En vez de decir que “era una persona fantástica”, se trataba de demostrarlo (…). Si escribíamos que era un jardinero muy alegre, no hubiera generado lo mismo que contar que cuida los jardines escuchando baladas».
8. Siempre hay que dar lo mejor al comienzo
«En algún momento, alguien convenció a los periodistas de que podían guardarse lo mejor para el final. Eso es algo que vale solo para una novela policial; jamás para un texto periodístico. Tenemos que encontrar algún tipo de seducción desde lo que a nosotros nos emociona de una historia y traducir eso al lector».
La historia detrás de la crónica sobre un fotógrafo de modas que en su tiempo libre salía a retratar la belleza mexicana trata de eso. En la propuesta original, el artículo escrito por Mónica Isabel Pérez abría describiendo la escena del fotógrafo que va al aeropuerto para viajar a la muestra que se está inaugurando sobre su obra en Estados Unidos y allí se da cuenta de que su pasaporte está vencido.
«Pero ese no era el comienzo… Sigo leyendo y en el penúltimo párrafo, lo encuentro», donde cuenta que cuando el fotógrafo Dorian López empieza con el proyecto, recorriendo las calles vio a un albañil que le pareció muy bello y le pide una foto. Varios años después, se repite el encuentro y el pedido de retrato a la misma persona. Eso lo impactó de tal manera, que lo animó a mandar sus fotos a una agencia de modelaje.
«Ese tenía que ser el inicio porque lo tenía todo. Lo que venía antes contaba un montón de cosas que quedaron después, pero lo que sucedía es que se empezaba contando lo importante y no lo relevante. Uno no tiene que empezar por lo que considera un deber. El deber es encontrar la forma de conmoverse, de entender qué significa esa historia y traducirla de la mejor manera posible».
9. El periodismo debe lograr una ilusión de sentido
«A quienes intentamos hacer periodismo narrativo nos han dicho que la historia debe ser redonda. ¿Cómo lograr que los cierres tengan un sentido? ¿Cómo cerrar historias?», pregunta hacia el final de la sesión Astrid Arellano, periodista becaria de Latinográficas desde Hermosillo, México. «Es una gran pregunta porque nadie se preocupa por los finales», responde Budasoff.
«Cuando uno tiene la misión de hacer algo bello y significativo con el material que tiene, uno lo que ofrece es una ilusión de sentido. El mundo es una masa de cosas desorganizadas y uno hace un recorte de la realidad y construye un sentido en base a eso. Cuando uno hace este trabajo reflexivo, debe aspirar a que la historia complete ese sentido. Esto no necesariamente significa que deba tener un gran final, sino que sirva para comprender algo».
Budasoff menciona como ejemplo de esa construcción de sentido El señor de las papas, artículo que escribió para Etiqueta Verde –la versión ecológica de Etiqueta Negra– y que fue finalista del Premio Gabo en el 2016 en la categoría texto. Reportear la historia de un productor de papas en Perú le permitió exponer la contradicción de que el país que había construido su identidad sobre su gastronomía, estaba maltratando a los artífices de su comida. «El secreto de la comida peruana no está en la sazón sino en la gran calidad de su materia prima y eso, a su vez, tiene que ver con cuestiones territoriales… La historia del productor que había recuperado 300 versiones de papas se trata en realidad de nuestra relación con la comida».
10. Para escribir bien, hay que leer y mucho
Querer escribir buenas crónicas sin leer, es como «ser un cocinero sin gusto». ¿Cómo se hace para escribir bien? Para Budasoff: «Se lee un montón. Y uno aprende del propio ejercicio de lectura». Por eso, cerramos con esta lista de artículos y títulos a los que hizo referencia durante su clínica de redacción para Latinográficas:
- La voz detrás de la alerta sísmica, por Daniel Melchor (The New York Times en Español, 2018): https://www.nytimes.com/es/2018/02/19/espanol/america-latina/alerta-sismica-manuel-de-la-llata-mexico.html
- El hombre que se convirtió en espejo, por Eliezer Budasoff (Revista Gatopardo, 2011): https://gatopardo.com/reportajes/nahuel-maciel-el-hombre-que-se-convirtio-en-espejo/
- Open: Memorias de Andre Agassi, escrita por J. R. Moehringer (2014, Duomo).
- El hombre que eligió al bosque y lo asesinaron, por Joseph Zárate (Etiqueta Verde, 2015): https://josephzarate.lamula.pe/2020/06/20/el-hombre-que-eligio-el-bosque-y-lo-asesinaron/josephzarate/
- La belleza de ser mexicano, por Mónica Isabel Pérez (The New York Times en Español, 2017): https://www.nytimes.com/es/2017/06/09/espanol/america-latina/la-belleza-de-ser-mexicano.html
- Nueve vidas mexicanas, coordinación y edición de Eliezer Budasoff y Luis Pablo Beauregard (El País, 2020): https://elpais.com/sociedad/2020-08-07/nueve-vidas-mexicanas.html7. El señor de las papas, por Eliezer Budasoff (Etiqueta Verde, 2016): https://premioggm.org/premio-gabo/edicion/2016/trabajos/texto/el-senor-de-las-papas/